Hace unos dos años me convertí en consultor de soluciones de software en Nueva Zelanda, una promoción interesante y desafiante después de ser ingeniero de servicio de campo. Mi nuevo rol es extremadamente variado: me permite brindar soporte de ventas con clientes antiguos y nuevos, actualizar procesos, brindar soporte al cliente, ayudar al Service Desk y mantener la cobertura de la red en línea.

Los gerentes de Glory, tanto pasados ​​como presentes, son (excelentes o increíbles), me alientan, hablan muy bien de mí y se toman tiempo para todos. Esto lo demuestra mejor mi ex gerente. Me alentó a hacer la transición a consultor de soluciones de software, a pesar de saber que sería una pérdida para su propio equipo.

He tenido una combinación increíble de desarrollo en el trabajo y capacitación formal; ambas me han resultado útiles para desarrollar mi rol. Sin embargo, nada es mejor que la capacitación en grupos pequeños de los expertos en Japón. Aprender de las personas que desarrollan prototipos de software y hardware es una oportunidad increíble para aprender sobre nuevas soluciones y una excelente manera de hacer preguntas directas. Trabajar con los desarrolladores e ingenieros significa que tengo una red de expertos y experiencia a mi alcance. Sé a quién pedirle opiniones, lo que a su vez ayuda a impulsar mi carrera profesional.

La cultura de Glory es acogedora, flexible, gratificante y solidaria. Tenemos muchas personas, culturas y orígenes diferentes. Los nuevos empleados reciben una cálida bienvenida y pronto se convierten en parte del equipo.

Encuentro apoyo en todos lados, especialmente en la gerencia, que comprende el valor tanto del desarrollo individual como del crecimiento de las habilidades del equipo como un colectivo. Saber que he tenido el apoyo total del equipo de gerencia desde el principio y desde arriba hacia abajo ha hecho que el camino hacia el progreso sea gratificante y fácil de recorrer.