No es necesario aclarar a los minoristas lo importante que es el efectivo. Lo ven a diario en los resultados.

Las transacciones en efectivo todavía representan un 20 % de los ingresos de los minoristas en valor en la mayoría de los países, y se utiliza hasta en un 75 % del total de las transacciones. Los minoristas saben que el efectivo seguirá siendo importante durante muchos años, pero, a pesar de ello, mover el efectivo desde el punto de venta a la cuenta bancaria puede ser un proceso largo y complejo. En general, los minoristas no pueden extraer el valor del efectivo en forma de capital circulante hasta que finaliza el proceso. A menudo, solamente después de procesos de más de tres días, desde el punto de venta hasta el ingreso en la cuenta bancaria.

Nosotros lo vemos de una forma sencilla: el efectivo que permanece inactivo pierde valor. El efectivo en movimiento aporta valor. Por ello, creemos en mantener el efectivo en constante movimiento y en convertir los pagos recibidos en el establecimiento en capital circulante que se pueda utilizar con máxima rapidez. Cuanto más rápido y más seguro se mueva el efectivo por todo el proceso de gestión, mayor valor retendrá y se convertirá en un mejor rendimiento en los resultados finales.

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