Este centro de procesamiento de efectivo en la eurozona se encontraba, prácticamente, al límite de su capacidad y obligado a rechazar nuevos negocios.

El centro de efectivo realiza procesos diarios que son comunes a las operaciones de efectivo de todo el mundo: el uso de clasificadoras de billetes para identificar, autenticar, contar y ordenar billetes de una misma denominación en lotes. Utilizan esas mismas máquinas para determinar si los billetes se encuentran en buen estado de uso y pueden volver a la circulación, o si no son aptos y deben enviarse de vuelta al banco central para su destrucción.

Las clasificadoras cuentan los billetes por lotes y los ordenan según su estado de uso para agruparlos y enfajarlos con cintas de papel que permiten manejarlos con facilidad. Este centro de efectivo no era inusual, en el sentido de que el enfajado de billetes era un proceso manual.

El centro de efectivo debía superar distintos retos, y se había dado cuenta de que era preciso hacer cambios. Las necesidades eran cada vez mayores, ya que los nuevos clientes minoristas provocaron un aumento de los volúmenes. Las clasificadoras de las que disponían no eran productivas y sufrían constantes averías por atascos con los billetes.

Glory y el centro de efectivo trabajaron estrechamente para diseñar un nuevo enfoque que pudiera asumir este aumento en la carga de trabajo, así como el crecimiento que el banco había previsto para los próximos años.

Sí, me gustaría recibir actualizaciones de marketing de Glory sobre: